+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir:
“Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay Alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay Alguien que es más que Jonás”.
Palabra del Señor.
Reflexionemos
Después de la intervención de la entusiasta mujer que escuchamos el sábado (Lc 11,27-28), el Evangelio según San Lucas continúa con el tema iniciado anteriormente (ver Lc 11,16), referente al signo espectacular que piden las personas de esta generación malvada; con este apelativo Jesús se refiere a las gentes de las ciudades de Galilea que han rechazado su mensaje y además tiene el descaro de pedir un signo. El Maestro de Nazareth dice que sólo les dará el signo de Jonás (ver el libro de Jonás). Con la referencia a Jonás, Jesús está diciendo que el signo es Él mismo y su predicación, ya que eso es lo que se destaca del profeta Jonás, su predicación durante tres días en la pagana ciudad de Nínive y la maravillosa posterior conversión de esta; el libro de Jonás describe que se convirtieron el rey y todo el pueblo (unas ciento veinte mil personas), creyeron en Dios e hicieron penitencia y ayuno, descubriendo así la misericordia de Dios (Jon 4,2.11). Además de Jonás el Señor agrega el ejemplo de la pagana Reina del Sur o Reina de Saba (ver 1 Re 10,1-13) que viajó para escuchar la sabiduría de Salomón (1Re 3,11-12) y quedó maravillada de ella, ya que todas las preguntas, dudas y acertijos que ella le planteó, el Rey Salomón, hijo de David, se las respondió de manera sobre satisfactoria; aquí el signo es la Sabiduría que es el mismo Jesús. El Maestro les demuestra a los judíos que los paganos (la Reina de Saba y los habitantes de Nínive) abrieron su corazón ante la “sabiduría de Salomón” y la “predicación de Jonás” y ellos no son capaces de reconocer al Hijo de Dios que actúa ante sus ojos.
¿Soy como la Reina de Saba, que admira la sabiduría del Señor? ¿Soy como los habitantes de Nínive, y me convierto con la predicación de Jesús? ¿O soy como los judíos que rechazaron al Maestro de Nazareth?