+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Al salir de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y ésta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. De muchos salían demonios, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” Pero Él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero Él le dijo: “También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado”. Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy continúa el Evangelio según San Lucas presentándonos la actividad sanadora de Jesús, siempre en Cafarnaúm. Empieza con la curación de la suegra de Pedro, la cual se encontraba en cama con mucha fiebre, entonces Jesús la sana de su mal. En el versículo 39 el evangelista enfatiza la autoridad y poder de Jesús con pequeños detalles: la fiebre desaparece de inmediato, en seguida ella se levantó; además el evangelista nos presenta la curación a manera de un exorcismo donde la fiebre es obra de un demonio, por eso Jesús increpa a la fiebre, o sea confronta al demonio para que libere a la mujer. «¡Ojalá venga y entre el Señor en nuestra casa y con un mandato suyo cure las fiebres de nuestros pecados! Porque todos nosotros tenemos fiebre [comenta San Jerónimo]». Agrega San Lucas que ella se puso a servirle, con esto destaca a la primera mujer, de varias más, que se hace discípula del Señor acogiéndolo, siguiéndolo y/o sirviéndolo. Descrito este milagro, continúa la narración de la actividad taumatúrgica (sanadora) del Señor diciendo que todos los que tenía enfermos se los llevaron y Él impuso las manos y curó a cada uno de ellos. «Pidamos a los apóstoles que intercedan ante Jesús, para que venga a nosotros y nos tome de la mano, pues si Él toma nuestra mano, la fiebre huye al instante [concluye Jerónimo]». Nuevamente San Lucas destaca la presencia de los demonios que salían de muchos de los enfermos, para enfatizar así la lucha sin cuartel, de Jesús contra los poderes demoniacos en el contexto de la llegada de los tiempos mesiánicos y del Reino de Dios manifestada en la persona del Señor Jesús.
A parte de la suegra de Simón Pedro ¿Qué otras discípulas de Jesús conozco? ¿Cómo puedo servir al Señor? Ofrezco una oración por todas las personas que sufren enfermedades, especialmente las que conozco.