+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús habló diciendo:
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: «Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale»! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: «Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar». ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda?
Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por Aquél que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por Aquél que está sentado en él.
Palabra del Señor.
Reflexión
El capítulo 23 del Evangelio según San Mateo tiene la función, por un lado, de concluir la serie de “parábolas de juicio” y de “controversias de Jesús con los dirigentes judíos” y, por otro lado, sirve como introducción al discurso sobre la Parusía (Segunda Venida) llamado también “Discurso Escatológico”, es decir, sobre el fin de los tiempos de los capítulos 24 y 25. Los versículos que leemos hoy nos presentan la primera parte de la “terrible sección” de los “siete ayes” contra los escribas y fariseos que corresponden a las bienaventuranzas del capítulo 5. Estos “ayes” están redactados siguiendo al profeta Isaías (Is 5,8.11.18.20.21.22) y en ellos se unifican a todos los adversarios de Jesús con la frase “escribas y fariseos hipócritas”, advirtiéndoles así sobre el peligro de las falsas seguridades (advertencias también válidas para nosotros los cristianos). La palabra griega “hypokrites” era un término del teatro que significaba “actor” y Mateo lo aplica a los falsos intérpretes de la Escritura; los “ayes” de Mateo acusan a los fariseos y escribas de ser maestros que no cumplen con su responsabilidad, maestros falsos que no aceptan la misión y enseñanza de Jesús como el Mesías. Los versículos 16 al 22 tienen un importante paralelo en Mt 5,33-37 (también en Santiago 5,12) que nos ayuda a comprenderlos mejor; Jesús rechazaba toda hipocresía, sofistería (argumento engañoso) o falacia y más aun usando el nombre de Dios, que era el problema de los juramentos y el perjurio, ya que según el Maestro de Nazaret no hay nada en la creación que no provenga de Dios y por lo tanto jurar por lo que sea es jurar por Dios; Jesús recuerda los mandamientos “no tomar el nombre de Dios en vano” y “no dar falso testimonio” por lo tanto hay que decir simplemente la verdad.
¿Respeto el Nombre de Dios? ¿Siempre digo la verdad? ¿En quién pongo mi seguridad, en mí o en el Señor?