+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Al llegar a su pueblo, Jesús se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
“¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”
Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”.
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.
Reflexión
A partir de hoy viernes de la semana 17 del Tiempo durante el Año el Evangelio según San Mateo nos introduce en una nueva sección de su escrito que tiene como temática recurrente el pan y la comida; efectivamente la comida era la forma que los judíos usaban para marcar las diferencias, lo que querían dar a entender es que no se puede compartir la mesa con todos; en cambio, Jesús usa la comida para abrir y traspasar fronteras, es decir, come con todos. A través de esta sección se produce un desplazamiento y retirada de Jesús de entre la gente de su pueblo que lo rechaza para concentrarse en sus discípulos. Por eso la primera escena, que nos corresponde hoy, es la del rechazo que Jesús recibe en su patria, en su pueblo de Nazareth; ya habíamos visto que Jesús fue rechazado en varias partes y por varias personas, pero lo sorprendente es que también lo fue en Nazareth, en su pueblo y familia. Esta situación se entiende mejor cuando descubrimos que la costumbre de las gentes de las aldeas galileas del siglo primero era que el hijo simplemente heredara las propiedades y oficios de su padre, que este a la vez había heredado del suyo; por eso que aparezca Jesús a quien todos conocen como el hijo de carpintero, predicando y haciendo milagros, eso no entra en su comprensión, a pesar de la fama que ya tiene, y no son capaces de abrir sus mentes y corazones y simplemente lo rechazan. San Esteban dirá: “¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres. ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo”. (Hch 7,51-52a).
Puedo darme un momento de silencio y de tranquilidad para revisar mi vida he ir descubriendo en que momentos o situaciones he aceptado a Jesús y en cuales lo he rechazado