«Nada es tan peligroso como un buen consejo acompañado de un mal ejemplo». (Madeleine de Souvré (Marquesa de Sablé)
Los buenos consejos acompañados de malos ejemplos son nefastos. El mal ejemplo estropea el buen consejo y lo desacredita. Lo que de verdad importa es el buen ejemplo, que ya de por sí es un buen consejo silencioso que todo el mundo puede entender.
Los consejos que no van seguidos de ejemplos son palabras vacías y dañinas que merman la credibilidad del que los da.
Unos padres de familia, por ejemplo, que aconsejen a sus hijos y no les den ejemplo quedan desprestigiados y sus palabras causan más daño que provecho. Son palabras vacías que no consiguen nada.
¿Qué buenos consejos y buenos ejemplos estoy compartiendo?