+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida:
Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el evangelio de hoy, que es la continuación del discurso iniciado ayer, Jesús enumera una señal más para ayudar las comunidades a situarse en los hechos y a no perder la fe en Dios, ni el valor para resistir contra los embates venideros. A las señales expresadas ayer, En el evangelio de hoy, que es la continuación del discurso iniciado ayer, Jesús enumera una señal más para ayudar las comunidades a situarse en los hechos y a no perder la fe en Dios, ni el valor para resistir contra los embates del imperio romano. A las señales del evangelio de ayer se suma otro fragmento del «discurso escatológico de Jesús», les advierte que todos serán perseguidos por su causa y eso les permitirá dar testimonio de Él. Que no se preocupen en preparar su defensa pues el Espíritu les infundirá palabras que no podrán ser refutadas. Así, la persecución no es una fatalidad, ni puede ser motivo de desaliento o de desesperación, sino que hay que considerarla como una oportunidad, ofrecida por Dios, para que las comunidades lleven a cabo la misión de testimoniar con valor la Buena Noticia de Dios. Hoy debemos comprometernos como discípulos misioneros, a no desfallecer, especialmente cuando las tensiones o dificultades vienen desde dentro. El pedido de constancia era y es hoy, una llamada fuerte a no perder la fe y a seguir firme en la comunidad, comprometidos en la esperanza.
¿Cómo sueles leer las etapas de la historia en tu vida y en la vida de la sociedad? ¿Dónde se sostiene la esperanza en los momentos de dificultad?