+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: “No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.
Palabra del Señor.
Reflexión
El evangelio de hoy nos trae la descripción de la misión que los Doce recibieron de Jesús, con ello, de algún modo nos revela en parte la misión de la iglesia… El Maestro decide enviar a los doce en misión de aprendizaje. Da poderes sobre los malos espíritus, capacidad de curación, y un importante mandato: “No lleven nada para el camino”. Así, Jesús envía a sus seguidores a anunciar la Buena Noticia en unas condiciones que hoy nos resultarían casi inadmisibles, pues nos parece una locura ir por ahí sin llevar nada para el camino; nos hemos acostumbrado a planificar, a proyectar y calcular los pasos que damos. En una misión así ¿quién nos alojará? ¿qué vamos a comer? ¿y qué pasa si no me quieren recibir? Hoy debemos recordar que somos discípulos misioneros y en esta tarea misionera, que es un envío, supone, necesariamente, humildad, disposición y pobreza de espíritu. Tal vez hoy nos falta hacer caso a Jesús: ir, anunciar y despojarnos de todo aquello que nos impide poner nuestra seguridad en su Palabra.
A la luz de este texto nos podemos preguntar ¿Cómo estoy viviendo mi vocación de discípulo misionero? ¿En qué pongo mi confianza? ¿Estoy dispuesto a emprender la misión sin equipaje?