+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos:
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos iniciado la lectura del “Sermón de la Montaña”, primer discurso del Señor, y a partir de hoy el Evangelio según San Mateo nos va a llevar a la parte central de este sermón o discurso. Jesús va a enseñar seis antítesis respecto a la Ley (Mt 5, 21-48) y va a dar instrucciones sobre la auténtica voluntad de Dios (Mt 6, 1-18) y, para introducir esta temática, hace una declaración programática (Mt 5, 17-20). En el versículo diecisiete Jesús declara que no viene a anular, derogar o abrogar la Ley de Moisés ni Los Profetas (de esta forma se refiere a la Biblia, al Antiguo Testamento), al contrario, el Maestro de Nazaret viene a confirmar, ratificar, colmar, completar o dar cumplimiento a la misma. Lo que el Señor viene a hacer es revelar el verdadero y más profundo sentido de la Ley y los Profetas; esto significa que Jesús trae una manera nueva de cumplirla, no quedándose exclusivamente en la letra de los mandamientos, sino interpretándolos como expresión de la voluntad divina; se trata, en definitiva, de buscar en cada uno de los mandamientos de la Sagrada Escritura la intención que tuvo Dios al promulgarlos. De esta manera Cristo Jesús se presenta como el auténtico y definitivo interprete de las Escrituras. «Esta es [dice Hilario de Poitiers] una manera magnífica de introducir la superación de las obras de la Ley, superación que, sin abolirla, constituye un mejoramiento progresivo… Así pues, una vez expuestas las prescripciones de la Ley, las supera perfeccionándolas, no aboliéndolas». Aquí el Señor no critica ni a los escribas ni a los fariseos, sino que hace una advertencia a sus discípulos: en la vivencia de la Ley y los Profetas, según la interpretación del mismo Jesús se juega la pertenencia al Reino de los Cielos.
¿Tengo una Biblia en mi casa? ¿Le he dado espacio a la lectura de la Biblia? ¿He aprendido a interpretar el Antiguo Testamento con los ojos de Jesús?