Loading

Juan 14, 1-6: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida

20 de Mayo 2025     Freddy Araya    

19

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “No se inquieten.
Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar?
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde Yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy”.
Tomás le dijo: “Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?”
Jesús le respondió:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”.
Palabra del Señor.

Reflexión

Termina hoy el capítulo catorce del Evangelio según San Juan y de esta manera termina también el discurso de despedida de Jesús, y lo hace con una fuerte exhortación a sus discípulos (as) a no inquietarse, a no temer al Maligno, por el contario los invita a alegrarse en su amor. Y como signo elocuente y poderoso les entrega la paz. Hay que destacar que no es una paz mundana resultante de las guerras, de la política, de las riquezas, del esfuerzo humano, etc. Dice San Cesáero de Arlés: «Ciertamente la paz es serenidad de la mente, tranquilidad del alma, sencillez del corazón, vínculo de amor y enlace de caridad. La paz es la que quita el odio, reprime las guerras, pisotea la soberbia, ama a los humildes, hace sentarse a los díscolos y pone en concordia a los enemigos. Es agradable para todos». Se trata de la paz bíblica que procede de Dios, que responde a todas y cada una de las inquietudes y necesidades espirituales y materiales de las personas, es una paz que responde a todos los anhelos de los creyentes y a todas las promesas de la Sagrada Escritura. Paz que significa seguridad, justicia, serenidad, bienestar, felicidad, relaciones armoniosas con Dios y con los hombres, en definitiva, un mundo nuevo que surge de la aceptación de Jesús en la propia vida y en la de la comunidad humana, reconociéndolo tal y como Él se presenta: “Yo soy el pan, yo soy la luz, yo soy la puerta, yo soy el pastor, yo soy la vid, yo soy el camino y la verdad y la vida, yo soy la resurrección y la vida.” Sólo aceptando a Cristo Jesús de todo corazón encontraremos la paz verdadera y nos transformaremos en testigos y transmisores de la paz del Señor.

 

¿Acepto, de verdad, a Jesús ¿Considero que soy una persona pacífica? ¿Soy pacificador (a)?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*