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Marcos 3,1-6: ¿Está Permitido En Sábado Salvar Una Vida O Perderla?

18 de Enero 2023     Freddy Araya    

martes 18

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Jesús entró en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo sanaba en sábado, con el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: “Ven y colócate aquí delante”.
Y les dijo: “¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”
Pero ellos callaron.
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Él la extendió y su mano quedó sana.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con Él.

Palabra del Señor.

Reflexión

Continuamos nuestra lectura del Evangelio según San Marcos, el primero que se escribió y en el cual se basaron San Mateo y San Lucas. El evangelista nos presenta una nueva controversia entre Jesús y sus adversarios: el sábado y la vida; los fariseos defienden el sábado y Jesús defiende la vida en sábado. En la tradición judía existía la posibilidad de ayudar a alguien en sábado para salvar su vida. «Además [comenta San Atanasio] cuando un hombre caía en un pozo, a los judíos les estaba permitido ir a sacarlo; y no sólo a un hombre sino también a un buey y un asno. De esta manera la Ley permitía tener en cuenta la salvación…» Los fariseos piensan que no está en juego la vida en el caso del enfermo que estaba en la sinagoga y tenía la mano paralizada; sin embargo, para Jesús no es así, ya que la vida, en la mentalidad hebrea, requería salud, integridad y felicidad. Para Jesús es claro que el paralítico carece de aquello y con su enfermedad está bajo el poder de la muerte; por lo tanto, curarlo es devolverlo a la vida y eso no es ningún atentado contra el día del Señor, al contrario, es la mejor forma de honrar a Dios. Los fariseos se dan cuenta de ello y callan, pero no callan porque reconozcan su derrota, su silencio es signo de su obstinación y ceguera, es un silencio en el cual ya pronuncian la sentencia de muerte para Jesús, de aquí en adelante, junto con los herodianos, se van a dedicar a recolectar pruebas y argumentos que justifiquen la sentencia que ya han emitido en su corazón. En definitiva, comenta San Atanasio: «La mano seca se volvió sana, mientras que la aridez mental de los judíos permaneció inmóvil».

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Categories: Evangelio diario

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