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Juan 10, 22-30: El Padre Y Yo Somos Una Sola Cosa

10 de Mayo 2022     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente”. Jesús les respondió: “Ya se los dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y Yo somos una sola cosa”. 

Palabra del Señor.

Reflexión

Estamos celebrando la cuarta semana de Pascua en camino a la Solemnidad de Pentecostés. Hoy el evangelista San Juan nos presenta a Jesús en la fiesta judía de la Dedicación, en el Templo de Jerusalén, donde ya, antes, los judíos habían atentado contra su vida, “era en invierno, estaban fríos y sentían pereza de acercarse a aquel divino fuego… estaban fríos en la caridad y ardían en deseos de hacer daño”. (San Agustín); aquí los judíos demandan de Jesús una respuesta pública a la pregunta de si Él es el Mesías esperado, ellos preguntaban “no para aprender, sino para acusarle por lo dicho” (San Juan Crisóstomo). El Señor les responde: “Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen”. Esta respuesta hace referencia a que en la fiesta anterior en el Templo Él se reveló como el Cristo, y también ante la samaritana y ante el ciego de nacimiento. Frente a esta revelación sólo las ovejas de Jesús escuchan su voz y creen en Él, ya que “Para nosotros el escuchar es lo mismo que creer lo que se nos dice. Por tanto, somos conocidos de Dios quienes le escuchamos; y ser conocido es lo mismo que estar unido.” (San Cirilo de Alejandría). Los judíos se niegan a creer porque no son de las ovejas de Jesús, no se han dejado conocer por Él, no lo siguen, no están unido a Él; han cerrado su corazón a la Palabra del Señor y con ello han cerrado su vida al mismo Dios, ya que Jesús insiste: “El Padre y yo somos una sola cosa”. Esta verdad es la que han comprendido las ovejas de Jesús representadas por la samaritana y el ciego de nacimiento que comprendieron que las obras de Jesús dan testimonio de su identidad.

En este tiempo de Pascua me pregunto: ¿siento que soy una oveja de Jesús? ¿o soy como los judíos que no le creen a Jesús? ¿qué obras de Jesús descubro que dan testimonio de Él?

Categories: Evangelio diario

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