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Juan 15, 12-17: Ámense los unos a los otros

7 de Mayo 2021     Freddy Araya    

24-11-2018

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Jesús dijo a sus discípulos:
«Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.».

Palabra del Señor.

Reflexión

Terminado el discurso de despedida de Jesús en el capítulo 14, San Juan nos presenta en los capítulos 15 y 16 una serie de enseñanzas del Señor, complementarias a dicho discurso; estas enseñanzas se refieren a la relación de los discípulos con Cristo, por un lado y a la relación de los discípulos con el mundo, por otro lado. Los versículos 1 al 17 del capítulo 15 están dedicados a la relación de los discípulos con Cristo; se usa la imagen de la Vid para Cristo y se invita a los discípulos a permanecer, como los sarmientos; después se muestra el amor como fruto del amor del Padre y del Hijo; por último, se reitera el mandamiento del amor. Dos veces aparece la exhortación: “ámense los unos a los otros”. Este es el mandamiento nuevo promulgado por Jesús en la última cena (Jn 13, 34) y que ahora es retomado para enfatizar la frase “como yo los he amado”; esta es la clave del amor, amar consiste en amar como Jesús, sin límites, sin condiciones. Ya en Jn 11,3.11.36 hemos visto la profundidad del amor de Jesús por sus amigos. Filón (escritor judío de Alejandría) dice que los sabios son amigos de Dios en vez de ser sus esclavos y el libro de Sabiduría (2,27) también habla de los sabios como amigos de Dios. La voluntad del Señor es que los discípulos sean amigos de Dios y no esclavos (Jn 8,32-36), que sean libres ante él, como Moisés que hablaba con total libertad con Dios. En consecuencia, los discípulos deben amarse unos a otros al modo de Jesús, sabiendo que Él los ha amado primero, los ha elegido, los ha transformado en sus amigos y por, sobre todo, ha dado su vida por ellos.

¿Soy discípulo o discípula del Señor? ¿Me siento elegido (a)? ¿Me siento amado (a) por Él? ¿He aprendido a amar como Él? 

Categories: Evangelio diario

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