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Marcos 12, 28b-34: El Señor Nuestro Dios Es El Único Señor, Y Tú Lo Amarás

20 de Marzo 2020     Freddy Araya    

20-10-2017

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”
Jesús respondió: “El primero es: «Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas». El segundo es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento más grande que éstos”.
El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

Reflexión

Estamos ante el pasaje en que Jesús corrobora cuál es el primer mandamiento de todos. La respuesta de Jesús a la pregunta del escriba, “¿Qué mandamiento es el primero de todos?” no puede ser más clara y concisa que no solamente sirve para el escriba que hace la pregunta, sino también para todos nosotros: “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos”.
Realmente, este escriba no estaba lejos del Reino de Dios. Había comprendido que toda la Ley se resume en amar a Dios y al prójimo. Y él mismo dice que esto es más importante que cualquier ritual y sacrificio. Por hablar con tanta sabiduría, recibe el elogio de Jesús. Y en este diálogo, se nos deja resumido lo más importante, lo más valioso, lo que debe regir toda nuestra existencia: nada, ni siquiera una práctica piadosa está antes que el amor. El amor es el centro de la relación con Dios. En este tiempo de Cuaresma se nos recuerda que el amor de Dios y el amor al prójimo son inseparables y complementarios. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo, y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios (Papa Francisco). ¿Qué tal si nos examinamos al respecto?

Nosotros hoy, ¿estamos más cerca o más lejos del Reino de Dios del doctor que fue elogiado por Jesús? ¿Qué piensas?

Categories: Evangelio diario

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