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Mateo 11, 20-24: En el día del juicio, Tiro, Sidón y la tierra de Sodoma serán tratadas menos rigurosamente que ustedes

17 de Julio 2018     Freddy Araya    

día 15

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”.
Palabra del Señor.

Reflexión

Este texto del evangelio de Mateo muestra a Jesús que denuncia, y cuestiona fuertemente, a las ciudades de Galilea, junto al lago de Genezaret, donde ha comenzado su vida pública y ha realizado gran parte de sus curaciones milagrosas. La afirmación Corazín, Betsaida y Cafarnaún son peores que Tiro, Sidón y Sódoma, nos puede interpelar hoy a nosotros y se la entiende recordando cómo en el pasado, Tiro y Sidón, enemigos férreos de Israel, maltrataron al pueblo de Dios y fueron maldecidas por los profetas, pero se hubiesen convertido si en ellas se hubiesen dado los milagros hechos en Corazín y Betsaida. Los contemporáneos de Jesús, en estas ciudades, donde ha vivido, ha enseñado y ha realizado curaciones, no han sido capaces de ver quién es este hombre extraordinario que está en su seno. Hoy se nos llama a ver y reconocer en todas sus acciones y palabras quién es él. Especialmente porque Dios está presente en cada acontecimiento de nuestra vida, es un milagro presencial donde se nos ofrece la vida. Sin embargo, nos sucede que creemos que todo lo que ocurre en la vida es por nuestro solo esfuerzo, olvidando que Dios alimenta también nuestro aliento de vida.
¿Cómo me sitúo ante la Buena Nueva de Jesús: como el pueblo interesado, como los doctores, como los fariseos o como el pueblo pequeño y libre?

Categories: Evangelio diario

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