+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Se acercaron a Jesús unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, y le propusieron este caso: «Maestro, Moisés nos ha ordenado lo siguiente: «Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda.»
Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda y también murió sin tener hijos; lo mismo ocurrió con el tercero; y así ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos ellos, murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?»
Jesús les dijo: «¿No será que ustedes están equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios? Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el cielo. Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído en el Libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? El no es un Dios de muertos, sino de vivientes. Ustedes están en un grave error.»
Reflexiona
• Al igual que en el evangelio del día de ayer, hoy otro grupo religioso, los saduceos, a través de una trampa, quieren poner en aprietos a Jesús. Este grupo que niega la resurrección y asociado al poder sacerdotal en alianza con Roma pretende buscar un motivo por el cual tener una acusación en contra del Señor. Es un grupo que se cierra a la novedad de la resurrección, propia de la escuela apocalíptica tardía (s. IV – I a.C.). Jesús responde con la Sagrada Escritura donde nos indica que Dios es un Dios de vivos. ¿Soy consciente de que el Señor nos invita a resucitar para vivir en plenitud? ¿Soy agente de vida y de la novedad de la resurrección entre las personas que me rodean?
