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Juan 17, 20-26

1 de Junio 2017     soporte    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo:
«Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos.»

Reflexiona

• El texto señala que el Señor Jesús comienza a despedirse de sus discípulos. Su misión histórica comienza a concluir y se da paso a la misión de la Iglesia. En este cometido, la comunidad de seguidores de Jesús no está sola: el Padre la acompaña reunida en torno a la palabra de su Hijo por medio del Espíritu que la santifica y le da el don de la profecía. Jesús reza por nosotros y para que conservemos la unidad, pide que estemos con Él para gozar de la felicidad eterna que asegura el Espíritu Santo. ¿Busco cultivar la unidad en la caridad en mi familia, amigos y compañeros?

Categories: Evangelio diario

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