Loading

Juan 10, 22-30

9 de Mayo 2017     soporte    

9

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: «¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente».
Jesús les respondió: «Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa».

Reflexiona

Si Jesús hubiese sido chileno, seguramente habría respondido: “A buen entendedor, pocas palabras. Si no creen lo que digo, al menos ¿qué creen que dicen mis acciones?”. El agente pastoral no se mete en este tipo de discusiones. Sabe que es inútil convencer a quien está tercamente cerrado en sus puntos de vista. Si eso ya lo vivió Jesús, ¿qué le queda a uno? Solamente hacer el bien durante el día y descansar en las manos del Señor, sabiendo que de sus manos nada ni nadie, ni siquiera la muerte, nos puede arrancar.
¿Vives así?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*