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Juan 6, 22-29: Trabajen, Por El Alimento Que Permanece Hasta La Vida Eterna

27 de Abril 2020     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Después que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban en el lugar donde el Señor había multiplicado los panes, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron, “Maestro, ¿cuándo llegaste?”
Jesús les respondió: “Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es Él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello”. Ellos le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?”
Jesús les respondió: “La obra de Dios es que ustedes crean en Aquél que Él ha enviado”.

Palabra del Señor.

Reflexión

En la tercera semana de Pascua estamos leyendo el capítulo 6 de San Juan, en el cual, después de la multiplicación de los panes y el camino sobre las aguas se nos muestra a la gente buscando a Jesús que se fue a Cafarnaúm. Aquí comienza el discurso sobre el pan de vida; con esto el evangelista nos está preparando para una manifestación mucho más importante que los dos signos ya narrados (multiplicación y camino sobre las aguas) y que tendrá lugar en la sinagoga de Cafarnaúm. Por eso Jesús se muestra claramente decepcionado de la gente que lo busca sólo por los beneficios que de él podría recibir; es una búsqueda interesada y egoísta, en el fondo esas personas se buscan a sí mismas, pero no lo buscan a Él, nos son capaces de ver la señales o signos sobre quien es Jesús, sólo se quedan en los milagros, sólo se quieren hartarse de pan. El Señor insiste que hay que buscar el alimento que no perece, que dura sin límites y que da la vida eterna, y la única forma de encontrar ese alimento creer en Él, el hijo del hombre en el cual Dios puso su sello y lo envió al mundo.

Jesús nos está enseñando que el encuentro salvífico con Dios sólo se puede dar por la aceptación personal de Él como el único que nos puede llevar a Dios Padre. Sólo en Cristo existe la salvación, sólo Él es el mediador entre Dios y los hombres. Por lo tanto, la fe consiste en aceptar personalmente a Jesús. ¿He aceptado a Jesús en mi vida? ¿He establecido una relación personal con Él? ¿Quién es Jesús para mí?

Categories: Evangelio diario

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