Loading

Mateo 9, 35—10, 1. 5a. 6-8: Al ver a la multitud, tuvo compasión.

7 de Diciembre 2019     Freddy Araya    

lectio 29 de septiembre

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
“La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia.
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones:
“Vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”.

Palabra del Señor.

Reflexionemos

Una vez más nos encontramos a Jesús yendo de pueblo en pueblo, predicando, curando a los enfermos, preocupándose de todos; es una dinámica, una disposición que no se nos debe pasar por alto. El Señor quiere acercarse a nosotros, y no quedar indiferente al vernos heridos, lastimados y sufrientes. Según San Mateo una muchedumbre le seguía y Él se apiada de ellos al ver su cansancio, su falta de guía. Su respuesta ante tanta necesidad es de llamada y envío, en una dinámica de pura gratuidad, así nos va implicando como a los discípulos, en la misión. En el evangelio se nos muestra cómo El Señor habla con los discípulos y les da instrucciones precisas de lo que deben hacer. Así los envía para que atiendan al pueblo, pidiendo al Padre que mande obreros a su mies. Han pasado 20 siglos y si miramos nuestra realidad, seguramente comprobaremos que siguen siendo muchos los fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor, lo que no nos puede dejar indiferentes. La llamada, la invitación a trabajar por el Reino, está lanzada.

Al terminar esta primera semana de Adviento, queriendo acrecentar la esperanza, pero mirando y escuchando a todos los que se encuentran cansados y agobiados, quizá nos convenga preguntar al Maestro ¿qué debemos hacer? Pero, si ya lo hemos escuchado ¿por qué no comenzamos?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*