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Salmo 138

14 de Noviembre 2019     Joaquín Castro    

20-11-2018

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Señor, tú me sondeas y conoces;

me conoces cuando me siento o me levanto,

de lejos penetras mis pensamientos;

distingues mi camino y mi descanso,

todas mis sendas te son familiares.

 

No ha llegado la palabra a mi lengua,

y ya, Señor, te la sabes toda.

Me estrechas detrás y delante,

me cubres con tu palma.

Tanto saber me sobrepasa,

es sublime, y no lo abarco.

 

¿A dónde iré lejos de tu aliento,

adónde escaparé de tu mirada?

Si escalo el cielo, allí estás Tú;

si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;

 

si vuelo hasta el margen de la aurora,

si emigro hasta el confín del mar,

allí me alcanzará tu izquierda,

me agarrará tu derecha.

 

Si digo: “Que al menos

la tiniebla me encubra,

que la luz se haga noche en torno a mí”,

ni la tiniebla es oscura para Ti,

la noche es clara como el día.

 

Tú has creado mis entrañas,

me has tejido en e seno materno.

Te doy gracias,

porque me has escogido portentosamente,

porque son admirables tus obras;

conocías hasta el fondo de mi alma,

nos desconocías mis huesos.

 

Cuando en lo oculto me iba formando,

y entretejiendo en lo profundo de la tierra,

tus ojos veían mis acciones,

se escribían todas en tu libro;

calculados estaban mis días

antes que llegase el primero.

 

¡Qué incomparables encuentro tus designios,

Dios mío, qué inmenso es su conjunto!

Si me pongo a contarlos, son más que arena;

si los doy por terminados, aún me quedas Tú.

Señor, sondéame y conoce mi corazón,

ponme a prueba y conoce mis sentimientos,

mira si mi camino se desvía,

guíame por el camino eterno.

 

¿A qué te invita el Señor?

Categories: Buenas Noches

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