Loading

Mateo 18,15-20: Si tu hermano te ofende, ve y repréndelo a solas

14 de Agosto 2019     Freddy Araya    

1 noviembre

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que, si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos».

Palabra del Señor.

Reflexión

Luego de advertir sobre la importancia de los pequeños, Mateo nos ubica en medio de la comunidad, nos habla de la corrección fraterna y de la oración en común. En nuestra vida comunitaria, muchas veces nos ofendemos unos a otros, rompemos la comunión, nos hacemos daño. ¿Cómo abordar las situaciones de ofensa sufridas o provocadas de manera que podamos caminar hacia la reconciliación? El Señor nos enseña importantes formas de proceder, que frecuentemente se ignoran. Para empezar Jesús invita a llamar la atención al hermano “a solas”, es decir en el espacio de la intimidad que posibilita la escucha, el diálogo, el hacer proceso y la transformación necesaria que lleva a la reconciliación. Es cierto que el camino de reconciliación a veces es muy lento; incluso puede haber momentos que necesitemos contar con la mediación de otros; o en último caso la comunidad. Pero siempre, desde las actitudes de misericordia que pone en pie y no la del juicio que condena. Vale la pena tener presente el testimonio que, en este día, nos ofrece San Maximiliano Kolbe, mártir de la caridad en el campo de concentración de Auschwitz.

¿Por qué será que es tan difícil perdonar? En nuestra comunidad, ¿hay espacio para la reconciliación? ¿De qué manera?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*