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Mateo 10, 24-33: No tengan miedo

14 de Julio 2018     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus apóstoles:
El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No los teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que Yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquél que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero Yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquél que reniegue de mí ante los hombres.
Palabra del Señor.

Reflexión

El evangelio de hoy presenta diversas instrucciones de Jesús respecto al comportamiento que los discípulos deben adoptar durante el ejercicio de su misión. Llama la atención la insistencia tres veces repetida para el discípulo invitándolo a no tener miedo. En muchas ocasiones el Evangelio nos repite esas palabras. Jesús confía en la presencia y el conocimiento que el Padre tiene sobre nuestra vida. A él no se le escapa nada de lo que nos pasa. Nos sostiene en sus manos en los momentos más difíciles, y nos repite: “No temas, no temas”. Así se nos invita también hoy a no tener miedo; tendremos dificultades y persecuciones, pero no tenemos que estar preocupados; porque no es más el discípulo que su Maestro. Se nos invita a la confianza y a ponernos en manos de Dios, sabiendo que Dios está con nosotros en cada momento y eso nos da el valor y la paz para dar testimonio de Jesús. Se nos inita a que desterremos, pues, el miedo a complicarnos la vida tratando de ayudar a otros; el miedo a exponernos a los comentarios de los demás por nuestras opiniones coherentes con el Evangelio; el miedo a tener que revisar cada día nuestras actitudes para ver si corresponden a lo que pretendemos vivir; el miedo a leer nuestra vida, nuestros criterios, a la luz de la Palabra; el miedo a sentirnos “bichos raros” en medio de una sociedad que en su mayoría ignora a Dios; el miedo, en definitiva, a ser cristianos “en activo”.
¿Tienes miedo? ¿Has sufrido o te han perseguido alguna vez por causa de tu compromiso con el anuncio de la Buena Nueva que Jesús nos envía?

Categories: Evangelio diario

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